¿Cómo afecta la obesidad a la sexualidad de la mujer?
Los complejos derivados de la obesidad generan miedos e inseguridades.
El impacto de la obesidad
en la sexualidad de la mujer depende de muchas variables: el grado de
obesidad o sobrepeso, las enfermedades asociadas al exceso de peso, la
edad, los cambios hormonales, la llegada de la menopausia y el componente emocional, tal y como indica Pluvio Coronado, jefe del Instituto de la Mujer del Hospital Clínico San Carlos de Madrid. “En general, la mujer obesa tiene menos relaciones sexuales y esto puede deberse al exceso de estrógenos derivados de la obesidad porque producen una disminución de la progesterona, la realmente responsable del deseo sexual”, explica Coronado.
En cambio, las mujeres con obesidad que padecen el síndrome del ovario poliquístico
“sí pueden experimentar un incremento de la libido porque los niveles
de hormonas masculinas son mayores”, matiza Coronado. Entonces, ¿el exceso de peso aumenta o reduce el deseo sexual? Este
ginecólogo insiste en que “depende de distintos factores y en función
de cada persona las hormonas puede incrementar o disminuir las ganas de
tener relaciones”.
Con respecto al impacto de la obesidad en el sistema endocrino y su reflejo en la sexualidad, Assumpta Caixàs, endocrina y coordinadora del área Obesidad de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), apunta que “son más frecuentes las menstruaciones irregulares,
los periodos son más largos y con menos sangrado, lo que se llama
oliogomenorrea”. Estas alteraciones en el ciclo hacen que “el pico de
estrógenos durante la fase preovulatoria, que coincide con un mayor
apetito sexual, no se de en el caso de las mujeres con exceso de peso
porque la ovulación no se produce de forma regular”, añade.
Enfermedades asociadas a la obesidad y su impacto en la sexualidad
Según Coronado, esta patología “lleva consigo un aumento de las infecciones vaginales por hongos,
una alteración de la circulación del clítoris que reduce la
excitación”. Esto afecta “mucho más a los hombres diabéticos porque
puede incluso dificultar o imposibilitar la erección”, destaca.
“Al igual que la diabetes, está asociada a la disfunción sexual
tanto por la propia enfermedad como por algunos medicamentos que se
utilizan, sobre todo, los antihipertensivos”, menciona Caixàs.
Problemas cardiovasculares
“La excitación necesita que los vasos sanguíneos se dilaten y que las
glándulas segreguen una serie de sustancias que actúan como lubricante
para facilitar la penetración. Por ello, si hay alteraciones en el sistema vascular la excitación no se va a producir”, detalla Coronado.
En relación con el punto anterior, este especialista subraya que “si la mujer es fumadora se reduce el riego sanguíneo lo que, de nuevo, repercute en la vascularización de clítoris”.
Dismorfofobia
Con independencia de la libido de la mujer obesa, la distorsión de su imagen
puede dar lugar a que no quiera mantener relaciones sexuales por el
miedo a desnudarse delante de otra persona. “El hecho de no verse con un
cuerpo potencialmente atractivo según los estereotipos generales afecta
a la sexualidad femenina”, considera Caixàs.
¿Cómo influye la baja autoestima en el sexo?
Según la coordinadora de la SEEN, “algunos aspectos psicológicos derivados de la obesidad y el sobrepeso pueden provocar falta de apetito sexual o inseguridades que lleven al rechazo de las relaciones sexuales”. Además, estos sentimientos tiene su impacto fuera de la cama porque “se generan dudas del tipo ¿se
enamorará mi pareja de otra chica más delgada?, ¿le haré daño si me
siento encima?, ¿huelen mal los pliegues de la piel?, ¿podré tener
hijos?”, enumera. Y en el caso del sobrepeso, ¿cómo influye en la
sexualidad de la mujer? Ambos expertos coinciden en que los problemas
son similares a originados por la obesidad, aunque el incremento del
peso está ligado a unas mayores consecuencias negativas en el plano
sexual.
Consejos para evitar los problemas sexuales derivados de la obesidad
Control del peso. Como es lógico, lo más importante es “tratar la obesidad de forma global con las distintas opciones terapéuticas: una dieta equilibrada, practicar ejercicio físico,
utilización de fármacos o cirugía bariátrica”, resume Caixàs. En este
punto, Coronado incide en que “la obesidad es una enfermedad muy grave
que debe tratarse no sólo por las disfunciones sexuales asociadas”.
Apoyo psicológico. La baja autoestima, la depresión y otras patologías relacionadas con el aspecto físico tienen que ser resueltas por el profesional adecuado, según Caixàs.
Una visión global del sexo. Coronado aconseja
“vivir la sexualidad con más matices porque el sexo no es sólo el coito,
incluye la fantasía, el romanticismo y el erotismo, todo aquello que
supone la estimulación del cerebro”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario