lunes, 21 de marzo de 2022

Las frutas y las verduras se relacionan directamente con la esperanza de vida

 ¿Sabes cuántos años de vida puedes ganar si incorporas frutas y verduras en tu dieta?

Según un estudio, las personas que no consumían nunca fruta ni verdura, vivieron tres años menos y tuvieron una tasa de mortalidad mayor en un 53%


Las frutas y verduras son elementales en la dieta

 

Las frutas y verduras son alimentos muy beneficiosos que debemos añadir en nuestra dieta diaria. Según la dieta mediterránea, es recomendable comer cinco piezas de frutas y/o verduras al día. Estos alimentos contienen nutrientes esenciales para el organismo y son una fuente de fibra, vitaminas, minerales, agua y sustancias antioxidantes, además de contener pocas calorías y poco colesterol. Además, favorecen a la salud cardiovascular, ayudan a depurar el organismo y también contribuyen a prevenir algunas enfermedades, como un resfriado.

Estos beneficios están de sobras comprobados, pero a ellos también se le tiene que añadir uno más: puede llegar a alargar la vida tres años. Esta es la conclusión a la que llegó un estudio realizado por científicos del Instituto Karolinska de Estocolmo. 

Tres años más de vida


Para este estudio, el centro contó con la participación de más de  71.000 ciudadanos suecos, a las que se le hizo un seguimiento durante trece años. Los participantes eran hombres y mujeres de entre 45 y 83 años de edad, y durante todo el tiempo que duró el estudio, murieron 11.439 personas.

Los resultados que obtuvieron fueron que las personas que no consumían nunca ni fruta ni verdura, vivieron tres años menos y tuvieron una tasa de mortalidad mayor en un 53%, en comparación a aquellas personas que ingerán cinco piezas de frutas y/o verduras al día. 

En cuanto a las personas que solo consumían una pieza de fruta, consiguieron vivir 19 meses más que aquellos que no comían ninguna a diario. Y en referencia a las verduras, aquellos participantes que consumieron 3 verduras al día consiguieron vivir 32 meses más que los que nunca comían verdura. 

Por lo tanto, la incidencia del consumo de frutas y verduras en la salud y en la longevidad es clara después de comprobar los datos de este estudio.

Relación de la fruta y verdura con el estrés


Pero la ingesta de frutas y verduras no afecta tan solo en la longevidad, si no también en los niveles de estrés. Según una investigación de la Universidad Edith Cowan, en Australia, ingerir frutas y verduras a diario se asocia a un menor nivel de estrés. 

Este estudio contó con la participación de 8.600 australianos, con edades entre 25 y 91 años, que formaban parte del estudio Australian Diabetes, Obesity and Lifestyle del Baker Heart and Diabetes Institute.

Los resultados que obtuvo el estudio fueron que los participantes que comieron un mínimo de 470 gramos de fruta y verdura a diario, tenían un 10% menos de estrés que aquellos que consumían menos de 230 gramos. El estrés prolongado puede provocar la aparición de enfermedades mentales, como la ansiedad y la depresión. Estos datos coinciden con la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS), ya que aconsejan que se ingiera 400 gramos de fruta y verdura al día.

Por lo tanto, las frutas y verduras son un elemento esencial en nuestra salud, ya que que permiten vivir más años y ayudan a vivirlos de una forma más feliz, ya que incide directamente en los niveles de estrés y, en consecuencia, en el bienestar de las personas.

FUENTE: https://www.mundodeportivo.com/vidae/nutricion/20220319/1001770245/vida-ganar-frutas-verduras-dieta-act-pau.html

lunes, 7 de marzo de 2022

Grasas saludables y beneficiosas

 

¿Existen grasas saludables? Estas son las que sí debes incluir en tu alimentación


¿Existen grasas saludables? Estas son las que sí debes incluir en tu alimentación

 

Las grasas, aunque no lo creamos, son una parte fundamental de la dieta. Sin embargo, existen algunas más saludables que otras, por lo que hay que conocerlas bien y saber cuáles debemos priorizar en nuestra alimentación.

Según explican desde Medline Plus, “es esencial comer algunas grasas, aunque también es dañino comer demasiadas”.

De este modo, optar con mayor frecuencia por grasas saludables de origen vegetal en lugar de grasas menos saludables de origen animal, puede ayudarnos a disminuir el riesgo de sufrir un ataque cardíaco, accidente cerebrovascular o incluso otros problemas de salud mayores.

¿Por qué necesitamos comer grasas?

Las grasas nos proporcionan la energía que el cuerpo necesita para el día a día. Por ejemplo, si realizamos ejercicio físico, nuestro cuerpo va a utilizar las calorías a partir de los carbohidratos que consumimos. Sin embargo, pasados unos 20 minutos, el ejercicio necesitará parte de las calorías provenientes de la grasa para continuar.

Además, las grasas también son beneficiosas para mantener la piel y el cabello saludables, así como nos ayudan a absorber las vitaminas A, D, E y K, conocidas como vitaminas liposolubles.

Por otro lado, las grasas son favorables para llenar los adipocitos y aíslan nuestro cuerpo, ayudándolo a mantenerse caliente.

Según explican desde Medline Plus, las grasas que nuestro cuerpo obtiene a partir de la alimentación, nos brindan ácidos grasos esenciales, y se conocen así porque nuestro cuerpo no los puede producir por sí solo, ni tampoco puede funcionar correctamente sin ellos, pues los ácidos grasos esenciales son fundamentales para el desarrollo del cerebro, el control de la inflamación y la coagulación de la sangre.

Hoy en día existen muchos alimentos bajos en grasas, reducidos en grasas y sin grasas, que, por lo general, se comercializan como más saludables que aquellos que contienen grasa. Y eso no es cierto, pues lo cierto es que alguno sí lo son, pero otros no, ya que a este tipo de alimentos “bajos en” se le añaden otros ingredientes más perjudiciales para la salud

¿Qué tipos de grasas son beneficiosas?

El grupo general de grasas se conoce como grasas totales. Dentro de ellas encontramos las grasas saturadas, las grasas insaturadas (poliinsaturadas y monoinsaturadas) y las grasas trans.

Todas ellas no son iguales entre sí, pues debemos escogerlas sabiamente y saber distinguir entre las grasas buenas y malas.

Desde la American Cancer Society explican que las grasas no saturadas o insaturadas son las conocidas como grasas “buenas”. Existen dos categorías grandes de grasas buenas: grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas.

Todas ellas se obtienen a través de alimentos como las verduras, los frutos secos, las semillas y el pescado, especialmente en el atún y el salmón. También se encuentran en los productos de soja, el aceite de oliva, el aceite de cacahuete, el aceite de canola o los aguacates.

¿De qué grasas debemos mantenernos alejados?

Por otro lado, los mismos expertos recalcan que debemos mantenernos alejados de otro tipo de grasas, que son, en este caso, las grasas saturadas.

Estas son grasas de tipo malo que se encuentran en la carne y en otros productos de origen animal, como la mantequilla o la manteca, el queso y la leche, salvo en la leche descremada.

Las grasas saturadas también se encuentran de forma líquida en los aceites de palma y de coco, los cuales se suelen usar en los productos de panadería disponibles en el supermercado.

Sin embargo, el peor tipo de grasas alimentarias son las trans, que se encuentran de forma natural en pequeñas cantidades en algunos productos de origen animal como la carne roja, el queso y la leche entera, aunque la mayoría de ellas se encuentran en los productos procesados, como son las bollerías, frituras, snacks no saludables o comida rápida.

Desde la Asociación Americana del Corazón explican que es indispensable reducir el consumo de grasas trans y hacer que las grasas saturadas no ocupen más del 5% o el 6% de las calorías totales diarias. 

FUENTE: https://www.mundodeportivo.com/vidae/nutricion/20220224/1001755351/existen-grasas-saludables-debes-incluir-alimentacion-act-pau.html


jueves, 3 de marzo de 2022

Conocer las mejores vitaminas para nuestra salud

 

Vitamina D3 o vitamina D2: ¿cuál es la diferencia y qué es mejor para la salud?


La primera tendría un impacto cuestionable en la salud humana; en cambio, la vitamina D3 podría ayudar a equilibrar el sistema inmunitario


Vitamina D2 o vitamina D3: ¿en qué se diferencian y cuál es mejor para la salud?

La vitamina D es un nutriente necesario para la salud, porque ayuda al cuerpo a absorber el calcio, una de las principales sustancias necesarias para tener huesos fuertes. Es decir, para prevenir la osteoporosis, una enfermedad que hace que los huesos se vuelvan más frágiles y débiles.

Ahora, una nueva investigación ha encontrado diferencias significativas entre los dos tipos esta vitamina. Según los hallazgos, recogidos por Europa Press, la vitamina D2 tendría un impacto cuestionable en la salud humana, pero en cambio la vitamina D3 podría equilibrar el sistema inmunitario de las personas y ayudar a reforzar las defensas contra infecciones víricas como la covid.

Proteger el sistema inmunitario

En el estudio, publicado en la revista Frontiers in Immunology, los investigadores estudiaron el impacto de los suplementos de vitamina D -D2 y D3- tomados diariamente durante un periodo de 12 semanas en la actividad de los genes en la sangre de las personas.

En contra de la opinión generalizada, el equipo de investigación descubrió que ambos tipos de vitamina D no tenían el mismo efecto. Encontraron pruebas de que la vitamina D3 tenía un efecto modificador del sistema inmunitario que podía fortalecer el organismo contra las enfermedades víricas y bacterianas.

A juicio del autor principal del estudio, el profesor Colin Smith, la investigación "ha demostrado que la vitamina D3 parece estimular el sistema de señalización del interferón de tipo I en el organismo, una parte clave del sistema inmunitario que proporciona una primera línea de defensa contra las bacterias y los virus. Así, un estado saludable de vitamina D3 puede ayudar a evitar que los virus y las bacterias se afiancen en el organismo”.

La importancia de la vitamina D3

"Nuestro estudio sugiere que es importante que las personas tomen un suplemento de vitamina D3, o alimentos adecuadamente enriquecidos, especialmente en los meses de invierno", explica.

Aunque algunos alimentos están enriquecidos con vitamina D, como algunos cereales de desayuno, yogures y pan, pocos contienen esta vitamina de forma natural. La vitamina D3 se produce de forma natural en la piel por la exposición a la luz solar o a la luz ultravioleta artificial UVB, mientras que algunas plantas y hongos producen vitamina D2.

“Aunque han comprobado que la vitamina D2 y la vitamina D3 no tienen el mismo efecto sobre la actividad de los genes en los seres humanos, la falta de impacto encontrada al examinar la vitamina D2 significa que se necesita urgentemente un estudio más amplio para aclarar las diferencias en los efectos”, añade la profesora coautora del estudio y jefa del Departamento de Ciencias de la Nutrición de la Universidad de Surrey, Susan Lanham-New.

FUENTE: https://www.mundodeportivo.com/vidae/nutricion/20220226/1001756024/vitamina-d2-vitamina-d3-cual-mejor-salud-act-pau.html