lunes, 8 de julio de 2019

Cómo vencer la procrastinación si quieres adelgazar





Si buscamos en el diccionario el significado de la palabra procrastinar, encontraremos que significa posponer o aplazar tareas, deberes y responsabilidades por otras actividades que resultan más gratificantes aunque sean irrelevantes. Es una manera de evitar una situación difícil de afrontar. Y es que esa situación provoca emociones que no se saben gestionar.






 

Un ejemplo de procrastinación es tener que hacer por la tarde la comida del día siguiente  para llevarla al trabajo y retrasarlo porque en televisión están poniendo tu serie favorita. Cuando te das cuenta es demasiado tarde para cocinar, así que al día siguiente te vas al restaurante y te comes una ensalada (por si no lo sabías, las ensaladas no adelgazan).

 

En Linsa-Línea y Salud te facilitamos el trabajo a la hora de modificar los hábitos alimentarios: menú semanal, lista de la compra… y ahora te proponemos una serie de pasos a seguir, que con tu esfuerzo, te llevarán a conseguir el peso que deseas.

 

  1. Tras la sesión semanal, revisar el menú, leerlo con atención imaginando cómo cocinarás y quedará emplatado lo que se indique en cada momento.
  2. Revisar la lista de la compra, cotejar con lo que se tiene en la nevera y señalar aquello que sea necesario comprar.
  3. Ir a la compra o hacerla por internet sin falta ese mismo día. Si no se dispone de tiempo a diario para la compra, es conveniente hacer el esfuerzo de comprar lo necesario para toda la semana.
  4. Una vez hecha la compra, con el menú delante, pesar las raciones que se van a consumir, etiquetarlas y separarlas por orden de consumo, pudiendo congelar las que comerás más tarde y dejando en el frigorífico las que vayas a consumir en los dos días siguientes. Ahora ya tienes todo lo necesario para cuidar tu alimentación durante la semana.
  5. Agendar: es importante que tengas unos horarios regulares de comidas. Estos deben estar agendados, es decir, igual que no puedes faltar a una reunión de trabajo, tus tiempos para comer, salvo excepciones (muy excepcionales, no sirve saltarse la comida para ir al gimnasio, por ejemplo), deben respetarse y ello incluye el tiempo de cocinado.
  6. Una vez que tienes decidido cuándo cocinarás, si te da pereza ponerte a ello, no lo hagas pero saca los ingredientes que vayas a utilizar y el recipiente que vayas a usar.
  7. Ahora que lo tienes todo fuera de la nevera, no vas a dejar que se estropee, mejor cocinarlo. Coge el menú y hazlo como te indica o como tú imagines que te va a gustar más, utilizando los ingredientes que se indican y con tu ración de aceite diaria.
  8. Cocinar lo más laborioso primero. Suele ser la comida del día siguiente (si te la llevas al trabajo) lo que puede llevar más tiempo, por lo tanto es lo primero que se cocina. Posteriormente la cena que vamos a tomar.
  9. Preparar la mesa con todo lo necesario. Siempre tiene que haber agua y tiene que ser un lugar agradable o al menos preparado con cuidado y cariño.
  10. Emplatar con esmero lo que vamos a comer. Con la vista también se come y si lo hacemos cuidando los detalles, estaremos tratándonos bien.
  11. Sentarnos a comer siendo la duración mínima de la comida de 20 minutos. Comer despacio, sin entretenimientos, saboreando y sintiendo cada bocado, dejando el cubierto en el plato y pensando en masticar bien.
  12. Finalizar la comida dedicando unos minutos a observar las sensaciones del cuerpo, qué se siente en el estómago, en la garganta, en la boca, qué sabores has sentido, cuál ha sido el mejor, y todos aquellos detalles que te hagan sentir que estás satisfecha.
     
    Ahora tienes una guía completa para contrarrestar la procrastinación. Si la sigues fielmente,  en pocos días no te hará falta verla y de manera automática seguirás los pasos, ayudándote a adelgazar casi sin esfuerzo. 
     
     
    Por Rocío Rodríguez 
     
     

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